Enteramente

domingo, 24 de mayo de 2009

 

La palabra en la que entramos enteramente
conoce el tiempo y sus noches.
Hundiste profunda tu daga en su juego,
ahora la desenvainas,
creiste decir adiós,
al que te da la bienvenida
te la da en las ventanas que eligieron tus ojos,
te la da cortante.

Y en la habitación,
hay un asiento que te da la bienvenida.
Aquel en el que entré,
enteramente.

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