Foros de poesía

sábado, 30 de agosto de 2008

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Entro en los foros poesía y me encanta.

Leo algunos poemas y me parece que estoy en el reino de la pomada. Allí se comercia todo tipo de estos productos: pomada rectal, vaginal, cervical. Allí hay gente que te tiene preparada la cama aunque no se lo pidas. Pues todos los masajes, tactos rectales, craneales, los adjetivos a tu poema y los gritos de: "¡Poeta, poeta!" estan perfectamente colocados para que tú te vayas a leer sus putos poemas, a excepción de los escasos críticos. He publicado un par de poemas y antes de poder girarme ya me estaban dando la pomada a mi también. Da igual el poema, la extensión, su significado... allí siempre tendrás un plato de comida caliente aunque en el fondo de este se encuentre el verdadero sentido de tanta alabanza.
Es perfecto, todo esta preparado para que todos reciban su parte de pomada rectal.

En serio, le recomiendo estos foros a aquellos poetas que no tengan suficientes alabanzas a la espalda o que no reciban muchas visitas en sus blogs, pues allí recibiran muchas.

Sobre el escenario I

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Sobre el escenario

El polen no encuentra lugar
dónde posarse, en una primavera
abrumada por las noches.
Los días pasan, y contemplan
a esa nube, que ya no llueve
sobre el mismo río.
En el escenario, un decorado
lleno de polvo, que no sabe
hacia que teatro marchar.
¿Ha de morir el actor
en medio de la escena?

El viento torna las nubes

martes, 19 de agosto de 2008

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El viento torna las nubes

Entre los brotes de los helechos
hay un sauce cortado.
El agua brota de la fuente,
incauta, ha empapado su corazón.
El viento torna las nubes.
En la lejanía, veo
las oscuras formas del ocaso.
Observo cuán amargos saben
los frutos de la senda caminada.
La nieve echa la vista atrás,
ansiando estar, todavía, en el cielo.

Sobre la cascada

sábado, 16 de agosto de 2008

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Sobre la cascada

Sobre la cascada,
el agua no ceja en su rapto.
Los gemidos atronan
entre los árboles.
El río trae de la montaña
las aguas turbias del arroyo.
Observo en el ocaso el sol poniente.
Veo las hojas secas del otoño
que el viento no quiere llevarse.

El clamor bajo la marea

viernes, 15 de agosto de 2008

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El clamor bajo la marea

Poniente, tras poniente
el barco sigue amarrado
al mismo puerto.
La puerta abierta
por los vientos otoñales
todavía no se ha cerrado.
¿Acaso escucha el barco
el clamor bajo la marea?
La espada ha tocado
los huesos.

La corriente del río

jueves, 14 de agosto de 2008

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La corriente del río

Entre las rocas del río
cae una hoja verde
entre frutos encontrados.
Pero la onda le lleva
a la profundidad.
Entre alba y ocaso se debate
y queda muerta entre las rocas.
Ante una mirada triste
ve cómo su fruto
es abrumado
por las hojas secas.

Ante lo deseado.

miércoles, 13 de agosto de 2008

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Ante lo deseado

Con la mirada en el cielo
entre los frutos de los árboles
una nube pasa cercana.
En la lejanía la cosecha.
El corazón palpita
con una sonrisa.
Sin embargo, sobre los árboles
dudo si mi mano
podrá alcanzarla.

La guerra

martes, 12 de agosto de 2008

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La guerra

Las cañas de bambú rotas
entorpecen la senda.
El río se encuentra con las espigas
entre las rosas de las orillas
La hoja marchita todavía se encuentra
en la punta de la flecha.
Pasan las noches y los días,
y el sol carga de otoños
a los enfrentados. Tras el combate
llueve sobre los soldados.
Río y mar se encuentran
intentando alcanzar la playa enemiga.
Ante los interminables ecos,
de los gemidos de los mortales
El cielo comienza a aburrirse.

Paisaje desconocido

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Paisaje desconocido.

En la ciudad eterna,
Dónde, tal vez, el seno tardío
del mirar primavera.
es de diferente forma
pero con los mismos ojos,
dónde, tal vez, se mofan
de aquellos que tanto
admirar no pueden
el mar esmeralda.
La niebla dudosa
que oculta en eclipse
el paisaje, tras él
una vista grisácea
de lo que es cierto.
Mi paleta llena
de colores impropios,
pintando con los ojos vedados.

Lo que el viento traerá...

lunes, 11 de agosto de 2008

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Para ser fiel a la verdad, me he viciado escribiendo poesía.

Hoy he escrito diez poemas en total, pero voy a hacer veinte poemas en los próximos días y de ellos seleccionare ocho, más una introducción de mi padre y si obtengo colaboración, algún haiku de mi hermano que publicare en un libro virtual llamado: "Rapto del sueño (oscuridades chinas)". En este libro virtual además de poemas pondré fotografías de los extraños lugares dónde han quedado impresos mis poemas (a lápiz) estos abarcan una bolsa del avión para vomitar (sobre el cuál irónicamente mi hermana ha estado a punto de echar este sabroso liquído), un periódico, un libro de Tu Fu y una Antología china. Muchos de los poemas han sido curiosamente escritos a la tenue luz de nada.

En breves días publicaré esto mencionado.

Sobre cuán indecorosamente cayó en mis manos Li Bo y de lo largo que lo cuenta este pesado narrador.

sábado, 9 de agosto de 2008

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Hoy mi hermano me ha refrescado de cuán indecorosa manera llego a mis manos Li Bo.

Nos encontrabamos en el salón analizando a Batania y a sus poemas cuándo tras pocos poemas leeídos por mi hermano este comenzo a decaer en las profesoras y las pajas, en la sonrisa de una diosa del carrefour y elogios a la Biblia y a la fe hacia Dios qué no venian nada a cuento. Tras haber intentado defender a este poeta por parte de mi hermano y de mi en pequeñas porciones, entro este en gran decadencia incluso la inmensa verdad fue afirmada por todos los presentes incluyedonos a mi y a mi hermano. Para rematarnos finalmente,trajó mi padre un poeta por el muy conocido. Recita el primer poema, magnifico, mi hermano le confunde con Rimbaud. "Las aguas detenidas, de Álvaro Valverde", dice mi padre. El resto de la conversación sólo merece la mitad de esta línea. Yo y mi hermano pensabamos lo mismo en aquel momento, pero el fue más rápido, cogió el libro y se lo llevó a su cuarto. Fui al cuarto de mi hermano y como el que no quiere la cosa me acerqué a admirar unos libros que a la vista del otro libro cercano,no tenían ningún valor, pero mi hermano se conocio la jugada desde hacia treinta primaveras, y cogió el libro con rápidez, pero yo no ceje en mi empeño, me lanze sobre el para obtener el libro a la fuerza, la batalla no fue encarnizada pues no lo queríamos así, porque no debía haber ningún tipo de daño colateral repecto al libro; todo el mundo sabe que un libro destruido no sirve para leer y aún menos tras haberlo leeido, destruirlo, para que otro no lo lea y de esta forma no adquiera tantos conocimientos como tú y te supere y... Por dónde iva: en un momento de la batalla parecía que me iba escapar con el libro pero mi hermano me hizo un abrazo del oso y conisguió obtenerlo para siempre pero cómo seguía aferrado a su brazo y no pensaba soltar la pieza de artillería obtenida en el pillaje hizó la jugada de escurrir el bulto a dónde no le moleste por ello me dijo:
-Manu, cojé este libro que esta mazo de guay. (El ilustre lector se habrá dado cuenta de que este libro que mi hermano me alicató fue por suerte y por ventura "Cincuenta Poemas" de Li Bo)
Luego condecoró a este libro con breves palabras de gran poeta como si de un haiku se tratase en su evidente favor también de que era de procedencia china. Mi boca ya estaba por los suelos
cuándo cogí este libro, al rato estaba tan viciado como un yonki de la coca esa noche respire, dormí, y bombeé sangre pensando en el Li Bo y en el mosquito de los huevos que no me dejaba dormir.

Cincuenta poemas de Li Bo

viernes, 8 de agosto de 2008

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Hace unos minutos he terminado con tristeza los cincuenta poemas de Li Bao de la editorial Hiperión.

Jamás mis pupilas habían alcanzado tal grado de dilatación, que ni se acerca por asomo cuando hoy mismo vi el Pantócrator de San Clemente de Tahull, me encuentro con una enrgía en el pecho poco común, con un sabor pocas veces dejado por otros libros.
Me ha encantado la idea del "ermitaño borrachín" y su insistente afán de admirar a los inmortales a pesar de creerse incapaz de "aprender la inmortalidad".
Me encantaría realizar un poema de ese estilo pero con las pocas hazañas que me apunto en el morral no creo que vaya a alzarme con algo de oro o siquiera con roca simple.
Ahora mismo lo único que quiero hacer nada más llegar a Madrid, pues me encuentro en Barcelona, es ir directo a Hiperión y comprarme más poemas de los "inmortales del vino": Li Bo y sus amigos y de otros poetas de época; y dejar sin duda de leer otras distracciones hasta que de fin con mis ansias.